martes, 24 de marzo de 2009

No todo lo que reluce es oro

De Clarinsucho. No podía dejar pasar esta extravagante noticia que se relaciona tan bien con el anterior post.

1)

Por primera vez en el mundo un transcuadriplégico gana la maratón.

Es toda una primicia mundial. Un transcuadriplégico español logra el puesto 5341 en la última maratón olímpica. Se trata de Manuel Goreiro, que nació con piernas y brazos, y que aún conserva en perfecto estado sus capacidades motoras.

Manuel aún no ha iniciado trámites legales para ser reconocido como cuadriplégico, aunque ya hay un reporte de un médico de Lepe que afirma que el señor Goreiro no puede caminar si se niega a hacerlo, y que puede llegar a pasar toda su vida en una silla de ruedas si así se lo propone.

Manuel tampoco ha terminado la larga serie de operaciones que lo convertirán en un auténtico cuadriplégico. "Ya he dado el primer paso, me han hecho una operación en el pie izquierdo con lo que lograron por ahora que renguee un poquito, pero para la maratón lo solucioné con una plantilla", dice este valiente hombre con capacidades diferentes.

Cuando el comité olímpico descubrió que Manuel era cuadriplégico, le otorgó la carrera como ganada y le concedió la medalla de oro que estaba planificada de ser entregada al abusador maratonista que "salió primero". Manuel se mostró en lo más alto del podio sorprendentemente erguido para alguien con su terrible enfermedad. "Me entusiasmé un poco con esto de las medallas de oro, así que creo que suspenderé un tiempo más las operaciones para seguir compitiendo y ganando. No todos los cuadriplégicos tenemos esta ventaja de poder correr los cien metros en 23 segundos con nuestras propias piernas. Si Dios me dió esta habilidad para compensar mi discapacidad, creo que debo utilizarla un tiempo más. Luego me lo cortaré".

La historia de Goreiro nos hace recordar al caso de Peter Palin, el contador transprofesional inglés que nació domador de leones y que se convirtió hace 10 meses en el primer transcontador en lograr permanecer en una jaula con leones durante más de 2 segundos. De hecho, Palin permaneció durante todo el show en la jaula y se animó incluso a dar un par de lejanos latigazos a los grandes felinos que permanecían atados y dopados en el otro extremo de la jaula. Varias organizaciones inglesas de contaduría felicitaron y premiaron a Palin, que por ese entonces aún no había terminado con sus operaciones de cambio de profesión. Hoy día Palin posee un título de contador otorgado por su podólogo y, aunque sabe que jamás volverá a acercarse a un león, recuerda su logro con orgullo.

2) Cuando leí el titular creí que me iba a encontrar con alguna maravilla de la ciencia que iba a dar por tierra con mi creencia de que el estado del arte tecnológico aún no puede convertir a un hombre en mujer. Me dije: chau, operaron tan bien a un tipo para hacerlo mujer que incluso logró quedar embarazado/a.

3) Clarín: ¿quién te inventa las noticias? ¿Los Monty Python?


lunes, 23 de marzo de 2009

Los travestis, los penes y las ciencias sociales - Parte II

1) Había una vez una época en que la ciencia revolucionó al mundo. Su impacto en la vida diaria de casi cada persona en este planeta fue tan grande que se llegó a pensar que la ciencia resolvería TODO.

2) La ciencia era tan apreciada que si uno se dedicaba a una actividad científica poseía enormes cantidades de privilegios por sobre quien se dedicaba a otro tipo de actividades. Toda técnica humana debía estar bajo el rótulo de ciencia si quería ser tomada en serio.

3) La técnica del arte se salvó por un pelo, y fue gracias a que no tardó demasiado en incorporar las maravillosas herramientas que la ciencia ponía en sus manos, e incluso incorporarse a la ciencia misma y a sus creaciones.

4) La filosofía se salvó con astucia, admitiendo que ella en sí misma no es una ciencia pero que es la madre de todas las ciencias.

5) Había en ese entonces cuatro campos bien definidos de posible actividad humana: a) los que hacían ciencia o realizaban actividades que eran reguladas por la ciencia; b) los que hacían arte; c) los que hacían filosofía; d) los que hacían el ridículo.

6) Entre estos campos las personas de mayor prestigio se ubicaban en los tres primeros grupos. Pero los filósofos eran apreciados realmente solo por los pocos que podían ver la conexión entre sus teorías y los objetos creados por los grupos "a" y "b".

7) Surgieron entonces un grupo de filósofos que decidieron lograr fama y fortuna. Inventaron para ello la "filosofía aplicada". Surgieron así las tribus de psicólogos, antropólogos, sociólogos, musicólogos, politólogos, proctólogos y demás "ólogos".

8) Sin embargo las campos de las posibles actividades y sus prestigios no cambiaron. Los ólogos por supuesto que no querían pertenecer a la categoría "d". Tampoco a la "c", ya que justamente querían desprenderse de ella. Sus ambiciones iban mucho más alto que las del grupo "b" (consideren que aún no existían las estrellas de rock ni las estrellas de cine, ni mucho menos los deportistas famosos). Tenían la opción de inventar su propia categoría, pero el riesgo los disuadió; el éxito se podía demorar hasta que la nueva categoría lograra la adecuada aceptación social o incluso podía no llegar nunca y la nueva categoría caer estrepitosamente en la bolsa "d".

9) Los ólogos entonces gritaron a los cuatro vientos "¡Somos científicos! ¡Hacemos ciencia!". La profecía de la ciencia que solucionaría TODO parecía estar cobrando realidad. El público aplaudió encantado y les dio la bienvenida.

10) Apareció entonces un tipo bajito, chiquito, medio rechoncho, de cachetes regordetes y simpaticones, llamado Karl Popper. A Karl Popper algo no le olía bien (no me refiero a su cuerpo porque Karl Popper era una persona de una pulcritud extrema, sino a lo que él olía en este asunto). Decidió entonces intentar definir qué es la ciencia. Mejor dicho qué es hacer ciencia, a qué tipo de conocimiento puedo llamar conocimiento científico. Enunció algo para nada científico y por completo filosófico: "un enunciado, para ser considerado científico, debe ser falseable".

11) Si alguien dice "El farmirich mide 45 centímetros" y pretende que su enunciado sea científico, deberá mostrar que hay una forma de poder medir un farmirich. Si el farmirich no es algo medible (porque no tiene dimensión, porque no se ve un farmirich por ninguna parte, porque nadie sabe lo que es un farmirich, o por cualquier otra razón que impida que se lo mida), entonces el enunciado no es científico ya que nadie puede de ninguna manera demostrar su falsedad sin importar que el enunciante afirme con seguridad que una vez logró medir un farmirich que medía 45 centímetros (aquí hay algo importantísimo que aclarar: que un enunciado no sea científico no significa que sea falso). Tampoco el enunciado es científico si un farmirich es una entidad abstracta que equivale a 45 centímetros, ya que esto llevaría al enunciado a la categoría de definición (al igual que el enunciado de nuestro amigo Popper). Las definiciones pueden ser utilizadas para enunciar conocimiento científico o para encadenarse entre ellas en forma lógica, pero no son en sí mismas conocimiento científico si las consideramos aisladamente. Para que el enunciado del farmirich sea científico debería ser posible medir un farmirich y que el resultado pudiera eventualmente arrojar diversas medidas (por lo que tampoco es falseable si solamente poseo un aparato que prende una luz cuando detecta que algo mide 45 centímetros y cada vez que prende la luz digo "ahí pasó un farmirich").

12) Cuando los enunciados son más complejos, resulta un poco más complicado distinguir si son o no falseables. Pero los ólogos no se caracterizaban por la complejidad de sus enunciados (como sí lo hacen por ejemplo las matemáticas) sino por la complejidad de su red de definiciones y la simplicidad de sus afirmaciones, algo que heredaban de la filosofía y que les resultaba un bulto difícil de ocultar.

13) Entonces, mientras la mayoría de los ólogos intentaba maquillar sus enunciados con enredos, nudos, prótesis y demás distracciones, un ólogo astuto dijo: "es que nuestra ciencia es una ciencia un poco diferente: es una Ciencia Social". Todos aplaudieron porque así la promesa de la ciencia que resuleve TODO seguía viva. Para las ciencias a secas necesitaron entonces un adjetivo propio, para que no se muestren superiores a las nacientes Ciencias Sociales. Se las llamó así Ciencias Exactas. Incluso algunos atrevidos las empezaron a llamar Ciencias Duras, logrando que las Ciencias Sociales fuesen vistas como más flexibles en un momento de la historia en que la flexibilidad le iba a empezar a ganar en fama a la dureza.

14) Ahora entonces las Ciencias Sociales podían tener sin ningún problema sus particularidades. Pero, ¿por qué la palabra "ciencia" seguía apareciendo en su denominación? Los temores a los neologismos y a tener que construir fama de cero continuaban. Había que redefinir los límites de la ciencia. Se necesitaba ridiculizar al bueno de Karl Popper y a sus simplezas inservibles y encontrar algún otro parámetro con el que lograr decir que las Ciencias Sociales también eran Ciencias.

15) Thomas Kuhn era un americano lungo, flacuchento y narigón, que había notado con gran astucia cómo el conocimiento científico iba dejando de lado algunos enunciados para tomar otros. Kuhn hablaba de paradigmas, conjuntos de enunciados que la comunidad científica sostenía como válidos en un momento dado de su historia. Los ólogos aplaudieron la observación de Kuhn y la utilizaron para definir ciencia: "somos científicos porque somos una comunidad que sostenemos nuestras afirmaciones a las que solamente reemplazaremos cuando la razón así nos lo haga ver". Sonaba convincente. Aplausos.

16) Hasta que los ólogos comenzaron a fraccionarse. Como sus enunciados no eran falseables, la comunidad de ólogos comenzaba a ver a sus enunciados como falsos a destiempo. Algunos creían descubrir nuevos enunciados que hacían que los enunciados anteriores no sirvieran más. Otros creían descubrir nuevos enunciados que reafirmaban la validez de los antiguos. Pero como tampoco eran filósofos, sus ideas no podían convivir con la armonía de la multiplicidad. Habían aplicaciones para sus ideas (y financiaciones suculentas) en espacios por los que había que competir. Además se llegaban a enunciar ideas completamente opuestas. Las comunidades científicas de las Ciencias Exactas también se comenzaban a fragmentar debido a la complejización de sus correspondientes especialidades, y presentaban en algunos aspectos paradigmas que parecían convivir unos con otros, aunque solamente lo hacían en paz y armonía cuando sus áreas de aplicación no poseían puntos en común.

17) Tanto los alumnos de Kuhn como los de Popper concluyeron que sus maestros eran unos simplones. La ciencia toda tenía que ser algo flexible. Muy flexible. Todo podía ser ciencia. Los relegados esotéricos del grupo "d" comenzaron a excitarse previendo que su era se estaba acercando. Preveían su pronta inclusión en el grupo de mayor prestigio, o mejor dicho en el único grupo que se iba a intentar crear. Todo flexible. Muy flexible. ¿Qué más flexible que el agua? Todo líquido, todo líquido. Bienvenidos a la Modernidad Líquida de Bauman.

18) Hoy parece importar a muy pocos qué cosa es ciencia y qué cosa no lo es. Pero a los muy pocos que realmente les importa son a quienes contratan científicos para trabajar en las enormes multinacionales y transnacionales que se han hecho más poderosas que la mayoría de los gobiernos. Los científicos cuyas tareas se relacionan directamente con la creación de objetos de consumo masivo siguen teniendo bien en claro que lo que ellos hacen es ciencia, y que sus límites son rígidos y exactos. No dudan en inspirarse en las teorías más poéticas y estéticas que puedan encontrar, pero no hay lugar para diluir argumentos en el diseño y la producción para masas. Sus ciencias deben ser realmente exactas. Las computadoras cuánticas son divertidas para imaginar durante un fin de semana, pero durante la semana hay que producir una enorme cantidad de chips newtonianos y deben fallar los menos posibles.

19) Los ólogos a su vez tienen cada vez más dificultades en separarse de los esotéricos, quienes les llevan años de ventaja en habilidad en el manejo de enunciados líquidos. Muchos se han sumado a las filas de los ólogos para experimentar la flexibilidad de su ciencia, pero los únicos ólogos de éxito mundial son los que se asocian con los intereses de las megaindustrias, ya sea mediante una sistematización arbitraria y absurda (como el ejemplo de la nosología de la psiquiatría y sus dependencias farmacológicas) o mediante la producción diarreica de escritos multicontradictorios (los papers publicados por la mayoría de las ONG sociológicas y los papers pseudocientíficos publicados por la prensa en donde descubren que TODO es genético).

20) Creo yo que no todos los ólogos necesitan ya seguir disfrazándose de científicos. La historia ha dejado en claro que la ciencia no es la solución para todos los problemas de la humanidad. Es hora de rescatar un poco a la tantas veces defenestrada rigidez. No es malo crear nuevos géneros y nuevas categorías, que no permitan el ingreso en ellos a cualquier forma de conocimiento o actividad, si hemos aprendido que la riqueza de lo múltiple se sustenta en su convivencia. Lo múltiple también se sustenta en los límites, punto esencial para la convivencia. No es multiplicidad un líquido marrón en una bolsa al que no podemos asignar un nombre por haber tantas cosas mezcladas en él. Si queremos gozar de la fama de categorías ya existentes, es una buena idea limitarnos a ellas e intentar los cambios de a poco. Pero si vislumbramos nuestra verdad en un nuevo camino, jamás debería hacernos especular el esfuerzo que deberemos poner en despejar la senda, porque nuestros logros y recompensas como conquistadores tal vez sean aún mayores.

21) Si se preguntan qué tenían que ver los travestis y los penes, les recomiendo que busquen la primera parte de este post.

sábado, 21 de marzo de 2009

Los travestis, los penes y las ciencias sociales - Parte I

1) La tecnología médica de nuestra época permitió la utilización de sus avances para otros fines que los terapéuticos. Así aparecieron hombres cuyo sueño era vestirse de mujer, utilizar un nombre de mujer, comportarse con un amaneramiento que consideraban propio de las mujeres y que deseaban algo que hasta entonces era una fantasía futurista o una capacidad exclusiva de algunos gordos: poseer tetas.

2) Estas personas estaban dispuestas a muchos cambios en su vida menos a uno: perder sus genitales. Una vez completada la transformación (mediante operaciones o tratamientos hormonales), se dieron cuenta de que, aunque podían utilizar nombres propios de mujer, no podían andar diciendo por ahí que eran realmente mujeres. La mentira tiene patas cortas y tarde o temprano los menos avispados iban a notar una protuberancia que no correspondía con el género denunciado.

3) Sabiamente acuñaron un término propio que los identificara, que les evitara la mentira de cortas patas, y que al mismo tiempo los separara de aquel género masculino que intentaban dejar atrás en sus vidas. Así se autodenominaron "travestis".

4) Conocí a un travesti que tenía una particularidad sobre la mayoría de sus colegas: la cantidad de hombres "confundidos" con él era enormemente mayor, al menos en la oscuridad de la noche. Este travesti, de formas y facciones inusualmente más sutiles que sus colegas, era frecuentemente abordado, en los boliches a los que asistía, por múltiples galanes que se acercaban a él sin tener plena consciencia de las particularidades de su género. Sin embargo el travesti tenía una rigurosa normativa en este sentido, tal vez más práctica que ética. Durante el primer intercambio de palabras, aclaraba siempre su peculiar género. Lo curioso era que la gran mayoría de los "confundidos" se quedaban encantados con el descubrimiento y reforzaban aún más sus actitudes galantescas.

5) Este travesti no resaltaba su pene en su exposición visual al mundo, evitándonos a la mayoría de los que allí estábamos la grotesca imagen de una damisela con bulto. Sin embargo no ocultaba su pene que probablemente sería un importante componente tanto visual como práctico en su intimidad. Tenía plena consciencia de su género de origen. Recuerdo una charla en la que me comentaba cierta tristeza porque su actual pareja jugaba en público a que estaba saliendo con una mujer y no admitía su evidente homosexualidad.

6) Los travestis podrían haber sido mucho menos sabios que en estas historias y haber intentado lo imposible: ser mujer habiendo nacido hombre. Hay quienes lo intentan, que no se dicen travestis, y que logran lo que creen el mayor éxito: que en sus documentos figuren como pertenecientes al género femenino. Esta clase de libertad de elección de género, donde la libertad no está en crear un nuevo género como el de los travestis sino en ser aceptado dentro de un género cuyas admisiones tardías están prohibidas por lógica, es tan absurda como una libertad de elección de reino biológico. Pedro se despierta un día dándose cuenta de que ha nacido en un cuerpo incorrecto y que su verdadero ser se relaciona con el reingo fungi. Se junta con otros fungis erróneamente nacidos humanos y reclama por sus derechos a honguear donde gusten y no ser discriminados en el momento de elegir muestras de moho para ser observadas bajo el microscopio. La sociedad acepta sus peticiones y en un valeroso y altruista acto de esquizofrenia, construye un microscopio óptico gigante en donde puedan colocar a Pedro sin lastimarlo. Los científicos que utilizan a Pedro y al nuevo microscopio realizan importantes descubrimientos del mundo fungi hasta entonces desconocidos: algunas clases de hongos poseen penes.

7) Mutilarse el propio pene y salir a la calle queriendo que todos nos llamen "señora", me hace acordar al cuento de los sastres del hilo invisible que confeccionan el traje al rey. Un niño es el único que no complica su inteligencia ni su capacidad de observación con los temores sociales de los demás, y dice "el rey está desnudo".

8) Una posición, menos esquizofrénica, que podrían haber tomado aquellos que nacidos hombre desean de alguna manera ser mujer, aunque aceptan que jamás van a lograrlo del todo, podría haber sido la siguiente: "queremos que nos llamen mujeres, pero no estamos locos y nos damos cuenta de que nos cuelga un pene o de que al menos nacimos con uno. Seremos llamados entonces Mujeres Diferentes".

9) Los Mujeres Diferentes ("ejem, perdón. Las Mujeres Diferentes"). Ok. Las Mujeres Diferentes se definen mediante dos palabras, por lo que necesitamos entender para qué utilizan dos palabras y no una. Tanto "mujer" como "diferente" poseen claras definiciones utilizadas desde hace siglos. No son un neologismo como "travesti". Las Mujeres Diferentes pretenden meterse en estructuras previas mientras que los travestis construyen estructuras nuevas.

10) Mujeres es el sustantivo y Diferentes un adjetivo. Cuando uno les señale a las Mujeres Diferentes que la definición de "mujer" no incluye flamear un pene cuando uno corre desnudo, nos contestarán: "por eso somos Diferentes". Cuando uno les señale a las Mujeres Diferentes que la definición de "mujer" no incluye hacer pis parado con una capacidad de redirección mayor a 180 grados, nos dirán "por eso somos Diferentes". Cuando les digamos que las definiciones de hombre y travesti incluyen estas características, y que incluso pueden construir una nueva categoría que también las incluya, o que resalte las ignotas capacidades del hombre/travesti con el pene mutilado, probablemente nos contestarán: "pero nosotras queremos ser mujeres". Esta sería, en la psicodinamia clásica, una posición neurótica.

11) Si hasta ahora no entendieron qué tienen que ver las Ciencias Sociales con todo esto, van a tener que esperar hasta el próximo post.


miércoles, 4 de marzo de 2009

El mito de la libertad total

1) Distingamos dos libertades. Por un lado la libertad en sentido ontológico, o sea la libertad como potencia y posibilidad que cada ser humano posee como propiedad inalienable de su ser. Por otro lado la libertad otorgada socialmente, o sea la libertad como derecho que cada sociedad defiende y otorga a cada uno de sus ciudadanos. De la primera nos ocuparemos en este post.

2) De la segunda solamente cabe señalar que es una construcción social y por lo tanto sufre replanteos morales sobre su definición y alcance así como constantes mejoras (o empeoras) en las leyes que la garantizan. La libertad social puede ser calificada de mayor o menor comparativamente con otra libertad social alternativa según el punto de vista de una sociedad o de algunos de sus miembros. Jamás puede ser calificada de absoluta porque los actos que una misma sociedad se permite varían con el tiempo, más allá de que se puedan encontrar puntos en común en todas las sociedades humanas. La libertad social, lo que una sociedad considera como límites en el accionar de sus miembros, es siempre relativa.

3) La libertad ontológica en cambio es siempre absoluta. Sin embargo hay un mito urbano que llama generalmente libertad absoluta a una imposible de alcanzar libertad total. La diferencia es importante: libertad absoluta implica la imposibilidad de una graduación de la misma, la libertad existe o no existe. Libertad total, en cambio, significa lo contrario, que la libertad está graduada, acotada hasta un supuesto máximo que se considera inalcanzable. Según el mito esta libertad graduada es lo que todos poseemos, y generalmente en bajas cantidades. Fulano tiene una libertad 22/100, el pobre diablo de Mengano tiene una libertad 6/100. Pero la libertad 100/100 no la tiene nadie, porque siempre algo nos condiciona.

4) Si hablamos de la libertad social, podríamos decir, sin necesidad de referirnos a una escala precisa, que un ciudadano tiene una mayor libertad de expresión pública en Estados Unidos que en China. Tal vez en los dos países, el ciudadano puede salir a la calle y gritar a cuatro vientos la antigua profesión de la madre del presidente (esto se encuentra más del lado de la libertad ontológica de cada uno). Pero mientras que en China, el ciudadano probablemente sea capturado y hecho desaparecer, en Estados Unidos, si no es ignorado, tal vez inspire a un escritor para el guión de una película.

5) El mito de la libertad total se encuentra principalmente sostenido por dos grandes ilusiones: a) creer que el inconsciente no es responsabilidad de quien lo porta y es solamente una esponja que absorbe los mandatos más malignos de la sociedad, b) creer que los condicionamientos podrían ser quitados del todo y que así se llegaría a un nivel total de libertad.

6) Sobre la primera ilusión. El inconsciente no es un virus que los humanos portamos y que nos maneja cual titiritero a títere. Mi inconsciente es tan parte de mi persona como mi consciente. Soy responsable de lo que haga con ambos, por más que me sea mucho más fácil explicar lo que hago con mi consciente. Para simplificarlo aquí, podemos decir que el consciente es mi lenguaje y el inconsciente todo lo que queda por fuera de él. Necesito a mi consciente, a mi lenguaje, para decirme responsable de algo, pero puedo dar respuesta a diversas situaciones sin necesidad del mismo. Puedo actuar sin necesidad de hacer consciente cada uno de mis pasos, sin decir "voy a hacer esto" antes de hacerlo. Si automatizo mi reacción para responder violentamente cada vez que alguien me insulta, no puedo decir que no soy libre para elegir qué hacer cuando me insultan. No decido el automatismo en el momento en que lo efectúo, pero sí lo he decido allá lejos y hace tiempo cuando empecé a automatizarlo. Y también decido ahora no cambiar mi automatismo más allá del esfuerzo que eso requiera. Soy responsable de cada uno de mis actos, porque soy completamente libre en cada uno de ellos más allá de que sea o no consciente de todos ellos. La libertad, como la responsabilidad, abarca también lo inconsciente.

7) Sobre la segunda ilusión. Tengo que decidir si seguir en este trabajo o cambiarme al otro que me ofrecieron. En mi trabajo actual consigo gran satisfacción, pero lo que gano casi no me alcanza para comer. En el trabajo nuevo que me ofrecieron, jamás podría conseguir satisfacción, pero ganaré buena plata. Elijo el segundo trabajo y me quejo porque mi libertad se vio "acotada" por la situación. La ilusión me dice que si en los dos trabajos consiguiera satisfacción y en los dos me pagaran bien, sería "más libre" de elegir cuál quiero. Pero si realmente ambos trabajos me ofrecieran eso, inmediatamente mi sensibilidad me permitiría distinguir diferencias entre ambas satisfacciones y entre otros detalles diferenciales que ahora me parecen mínimos, por lo que nuevamente estaría condicionado. Y si vamos al extremo e imaginamos dos trabajos exactamente iguales, no solo no podría elegir por alguno de ellos sino que tampoco podría diferenciarlos. Si les dan a elegir entre vivir en este universo y en uno paralelo que es exactamente igual a éste, indistinguible. ¿Qué elegirían? ¿Cambia en el algo esa elección? ¿Es eso a lo que llaman libertad total?

8) La queja del quejoso-por-falta-de-libertad-total no se agota en lo expuesto en el punto 7 (nunca desestimen el poder de justificación de un quejoso). Lo que verdaderamente buscan estos quejosos detrás de la supuesta y absurda libertad total, es el Poder Absoluto. La ilusión infantil nunca del todo desterrada de poder jugar a ser Dios. Los que tenemos el mínimo intelectual necesario para distinguir que jamás llegaremos a la posesión del Poder Absoluto mediante la queja, preferimos engañarnos con la ilusión de que lo logramos al leer libros, ver películas, jugar videojuegos, y al realizar evasiones varias como por ejemplo tomar helado de dulce de leche con nuez. Cuando ya hemos jugado lo suficiente al Todo Poderoso, agradecemos la posibilidad de limitar nuestro poder de acción haciendo cosas como escribir libros, filmar películas, programar videojuegos o poner una heladería.

9) Pero también están aquellos que creen que son más sensibles porque logran entender lo desgraciados que somos todos. Que sueñan con una libertad en donde pueden no solo optar por el camino, sino también materializar instantáneamente el camino con las características caprichosas que a ellos se les ocurran. Y mientras las personas de acción siguen optando y construyendo mediante sus opciones caminos con las características caprichosas que a ellos, en conjunto y con esfuerzo (sin instantaneidad), se les ocurren, los quejosos persisten con su queja y con señalar que creerse libre es solo para los tontos.

10) La escencia de nuestro ser es la libertad. La libertad es aquello que jamás podrá ser explicado, porque es lo que explica. La libertad es aquello que jamás podrá ser observado, porque es lo que observa. La libertad es aquello que jamás podrá ser falseado, porque es lo que falsea. La Libertad es el Ser.